Dicen que la vida es un sueño. Incluso después de despertar, puedes seguir dormido.
No voy a defender ni criticar esta teoría. Lo que sí sé rotundamente es que a menudo vivimos en piloto automático. Empujados por nuestros hábitos y creencias. Tan desconectados de nosotros mismos que hacemos de la vida una experiencia muy inconsciente.
¿Cuántas veces has sentido que el tiempo vuela? ¿Llegaste a casa conduciendo y ni recuerdas cómo estaban los semáforos que te encontraste por el camino? ¿cuántas cosas pasan a nuestro alrededor y no nos damos cuenta?
Por lo tanto, aunque solo fuera para aprovechar más nuestro paso por esta vida y disfrutar de las maravillas que suceden a nuestro alrededor, es importante detenerse un momento cada día, respirar profundo y observar todo lo que se mueve a tu alrededor.
Sin duda la gratitud se despertará en tu interior de forma automática.
Y si esto no sucede es porque no estás viendo la vida más allá de lo que ves con esos ojos preciosos que la vida te regaló. Y seguramente estás escuchando tus pensamientos que juzgan lo que ven o se quejan de lo que no ven.
Eso es estar dormido. Eso es vivir atrapado en un mundo irreal, en una expectativa que te dice que las cosas deberían ser diferentes, que esto que hay frente a ti no es justo porque te duele o te hace daño.
Sin embargo, lo que realmente te hace sufrir es el miedo y la desconfianza.
Miedo a que esto que ves o experimentas sea malo para ti. Y desconfianza de que pueda contener en su interior algo bueno y hermoso para ti.
Si sientes que estás ahí, te recomiendo que hagas un ejercicio práctico en cuanto termines de leer este artículo.
El ejercicio consiste en escribir en un papel una historia de dolor que hayas tenido en tu vida. Después extrae de esa experiencia 3 cosas:
- Qué personas conociste en aquel momento que después han aportado algo valioso en tu vida.
- Qué descubriste que no sabías y a partir de entonces pudiste cambiarlo.
- Que aprendiste de aquella experiencia que te permite ser hoy la persona valiosa que eres.
Después de este poderoso ejercicio entenderás que aquello que parecía un drama, realmente fue una joya para ti.
Cuida de no seguir dormido
Y en ese momento habrás experimentado un pequeño o gran despertar, porque empiezas a ver cosas que antes no veías y empiezas a sentir cosas que antes no sentías.
Si tu pregunta ahora es ¿cómo puedo despertar más rápido?, mi consejo es que hagas mucho trabajo interior, pero recuerda que hay un camino que recorrer que se abre cada día a tus pies, y no por querer correr llegarás antes a tu destino.
Abre bien los ojos y empieza por mirarte tú, después confía y verás cómo la vida afuera empezará a florecer sola sin que tú tengas que forzar tu despertar. Elije no seguir dormido.
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