Durante el mes de febrero del 2021, padecí de Covid. Vivir este proceso fue realmente todo un aprendizaje. En el libro de ejercicio Nº 136 de Un Curso de Milagros dice “La enfermedad es una defensa contra la verdad”. Experimentas la vitalidad como un punto de energía que te ayuda a vincularte de modo más entusiasta con tu ser y con el ambiente. También impulsa a lograr nuestros retos y permite transitar una vida plena.
Por tal motivo, quiero compartir contigo mi aprendizaje. ¿Me acompañas?
El post-Covid, en mi pensamiento egoísta, el sistema inmunológico bajó notablemente. La química de mi cerebro se vio afectada, pues perdí el enfoque, memoria y atención. El aquí y ahora se ha diluido en el presente de cada instante.
Comencé a tomar consciencia de quién soy y que soy la única persona responsable de mi propia vitalidad. Me di cuenta de la decisión errada que había tomado, fue entonces cuando elegí de nuevo. Por tal motivo, estos últimos meses ha sido un tiempo para respirar realmente mi ser, mi misión, mi energía. Por supuesto el camino hacia una mayor calidad de vida.
La enfermedad vino a recordarme los hábitos para mantener vitalidad. Por lo tanto, inicié nuevos hábitos saludables en todas las áreas de mi vida. Todo esto me ha servido para seguir descubriendo mi ser.
Recuerda que la vitalidad es esa condición de la que tú dispones. Implica que tú estés llena de vigor, de energía y de entusiasmo espontáneo para encarar todo aquello que quieres o debes realizar.
¿Experimentas la vitalidad?
Cuando te sientas que no tienes ganas de hacer nada, falta de entusiasmo, lentitud, ausencia de motivación o la carencia de propósitos o de objetivos sostenibles. Toma conciencia de la falta de vitalidad en tu cuerpo de ese instante. La falta de vitalidad reduce tu capacidad de faena y te impide realizar las cosas sencillas. Repercute en la vida cotidiana de quien la padece, tanto a nivel físico como intelectual, sexual, laboral, recreativo y aun en sus relaciones interpersonales.
El ambiente en que vives también puede disminuir tu vitalidad. Por lo tanto, llena tu ser con entusiasmo y energía. Para vivir la vida como una aventura, generando sensaciones vivas y activas. Sobre todo, con mucha fe en que tu divinidad te sostiene y tiene plena confianza en ti.
Un ser con vitalidad es activo y dinámico. Busca siempre nuevas experiencias, retos, vivencias. No te quedan quejándose en su zona de confort. Intentan cambiar su vida a mejor hasta lograrlo porque para estas personas lo más importante es sentirse vivos y despiertos. Son personas proactivas frente a los obstáculos. Son personas positivas, resilientes, llenas de gratitud y que sonríen a la vida.
Definitivamente las personas vitales no se rinden con facilidad. Son muy persistentes, motivados y disponen de un elevado grado de seguridad personal por lo que tienden a ser muy exitosas en la vida. Porque ellas reconocen y conectan con quien realmente son. Y saben que son más que un cuerpo y que su mente está unida a la de Dios para llevar a cabo un plan divino. Eres quien define cómo experimentas la vitalidad.
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Vídeo ¿Qué puedo hacer para tener más energía y vitalidad?
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