tiempo

Infinito

ArmoníaF Team Saber Estar Leave a Comment

Cuando estamos llenos de energía podemos acostarnos tarde y levantarnos muy temprano por varios días seguidos sin sentir agotamiento. No importa si es lunes o domingo. El deseo de hacer lo que nos encanta y apasiona mantiene nuestro motor encendido.

Es porque estamos en nuestro camino del alma. Estamos haciendo lo que nuestro corazón desea fervientemente. El tiempo parece alcanzar para todo, la relatividad se vuelca a nuestro favor.

Así que de pronto, una mañana, puede alcanzar para hacer el desayuno de toda la familia. También para ducharse, dejar los niños en el colegio, ir a tres bancos, acudir a una cita médica, y escribir. O quizás alcance solo para meditar, desayunar y conversar con alguien. El tiempo parece desaparecer cuando tenemos propósitos elevados.

Tiempo

 

Es importante diferenciar entre el tiempo que pasa muy rápido, lento o que es productivo.

El tiempo productivo es un excelente indicador de la optimización de nuestras vidas. Realmente es oro. Pero no por la cantidad de dinero que pueda producirse ni por la cantidad de actividades que se realicen. Sino por la cantidad de experiencias valiosas que nos permiten su elongación en otros dominios de vida.

También así en tiempos cortos o en extremo largos. Se puede tener un drenaje de energía alto que nos hace sentir exhaustos. Por ejemplo, si llevamos a un pequeño niño a un discurso de un adulto por dos horas, seguro le parecerá interminable. Así mismo nosotros mismos en alguna reunión de trabajo que no nos interesa. O la conversación con una persona que solo habla mal de otras personas o del entorno. Quizás al hacer alguna actividad que nos desagrada. Todo esto puede dejarnos realmente exhaustos y agotados sin importar cuanto tarde.

Al realizar actividades que nos drenan energía constantemente y además tener plena consciencia y continuar haciéndolas, puede llegar a enfermarnos. Es ir en contra de la sabiduría interna. El cuerpo suele responder a la transgresión.

Energía

 

Es importante escoger nuestras batallas, la mayoría de las veces no podemos hacer todo lo que queramos, pero sin duda, cuando se trata de grandes propósitos como salud, trabajo y finanzas es importante que estemos alineados con los deseos de nuestro corazón para no desgastarnos.

La reserva de energía se hace inagotable cuando hacemos lo que nos apasiona, evaluar los debes, los tienes y los quiero, mantienen a tope nuestros niveles. A veces pensamos en “tener” que cocinar, pero al preguntarnos si eso nos hace feliz o nos aporta. Podemos respondernos que bien vale el esfuerzo (no pena) saber que estaremos bien alimentados e incluso también nuestros seres queridos, entonces ya no es “tengo” que cocinar, si no quiero cocinar. Esa forma de expresar la acción le quita peso a la actividad que quizás no nos guste tanto, porque hacemos consciencia que envuelve un beneficio mayor. Plantearnos los resultados de lo que hacemos nos ayuda a reencuadrarnos positivamente y no drenar nuestra energía en quejas o mala actitud.

Vale mucho revisar constantemente las siguientes cuestiones: ¿lo que hago me hace feliz? ¿me aporta? ¿del 1 al 10 cuanto me aporta? ¿qué consecuencia traerá para mí a corto y largo plazo? Atentos a estas respuestas las cuales nos dirán si lo que estamos dejando en el camino en nuestra salud mental o física.

Aquellas actividades que exigen a cambio nuestra salud, deben ser descartadas de inmediato, porque sin un cuerpo y una mente sana, sencillamente ya no podríamos vivir, solo existir. La energía seguirá estando allí sin duda, pero ya no en forma física, ella es infinita. La idea es cuidar nuestro vehículo llamado cuerpo, contribuyendo con nuestro campo energético al máximo. Instalar la creencia en la infinitud de la energía y nosotros un vehículo ayuda a sentirnos vigorosos.

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