De verdad que algo que celebro es la forma de observarme. Siempre atenta a mis reacciones, proceder y mi comportamiento. Porque en esa observación está la posibilidad de transformar mi historia de vida día, tras día. Y les digo esto porque para llegar a este escrito hubo una pequeña tormenta tropical conmigo misma. No entendía siquiera que estaba ocurriendo dentro de mí. Le echaba la culpa a Mercurio retrógrado y a los eclipses por esa desazón que me perturbaba continuamente. Donde era imposible encontrar centro.
De pronto me quedé respirando en silencio, quieta y me di cuenta de que era por lo que me tocaba escribir. Hablar de “servicio” no es cualquier cosa. Por lo menos no para mí.
Representa la capacidad humana más hermosa que cualquiera pueda tener. Pero, ¿desde dónde se puede escribir del servicio que no sea ejerciéndolo? Y tal vez ese es mi mayor cuestionamiento, especialmente por creer que no puedo hacerlo, con el suficiente amor.
Servir es una palabra sagrada. Tiene que ver con la entrega, con el deseo desinteresado y genuino de hacer el bien a otro ser humano. El servicio nos deja experimentar dentro de nosotros esa posibilidad de dar a otro sin esperar nada a cambio. Pareciera tan sencillo, tan simple de practicar. Pero a veces se agolpan los miedos, las sensaciones de carencia. Miedo a quedarte sin nada. A quedarte con poco.
Porque estás dando de lo tuyo. Dinero, cosas, tiempo, ideas. Pero nada más delicioso que ver unos ojos llenos de luz cuando has servido a alguien. Nada más hermoso, lo juro. Esa sensación de bienestar que se genera al servir a otro.
¿Cómo podemos los seres humanos desprendernos de algo así? Servir tendría que ser una materia de escolaridad, desde muy pequeños, la sociedad tendría otro destino, estoy segura.
Saber servir
Seguramente cada persona sirve como le es posible. Siempre digo que cada quien tendría que establecer su forma de servir a otro. Por ello a través de la numerología habría 11 formas en que las personas darían su servicio.
Las personas que nacen un día 1 o su día de nacimiento sume 1, serán personas que sirven a través de su capacidad de “accionar”. Si es el 2 o suma 2, su forma de servir sería a través de la “colaboración”.
Cuando su número es el 3 o es un día que suma 3, sería a través de “la alegría” y “la creatividad”. En cambio, si es el 4 o es un día que suma 4, es a través del “ordenar”.
Si es un día 5 o suma 5, sería a través de hacer “cambios”. Aquellos cuyo número suma 6 o es un día 6, sería a través de la enseñanza.
Por otro lado, si su día es 7 o suma 7, sería a través de la espiritualidad. Si es un día 8 o suma 8, sería a través de la paciencia para lograr resultados. Si es un día 9 o suma 9, sería a través del amor absolutamente incondicional, como lo sería si fuese un día 11 o un día 22.
Así que visto lo anterior allí tenemos diferentes formas de dar desinteresadamente. Pues tiene que ver con nuestra esencia. No tenemos que inventar algo que no estaríamos dispuestos a hacer. Y así sin mayor dificultad conectarnos con esa posibilidad maravillosa de dar. He entendido que tiene que ser desde la facilidad porque servir desde la dificultad no tendría ningún sentido, no estaría siendo hecho con amor. Debe ser fácil, placentero. Cuando servimos de esa manera nuestra entrega no tiene límites.
Nos vemos de nuevo por aquí.
Escrito por
¿Quieres la Revista ArmoníaF?
Más de 3.000 personas reciben cada mes nuestra revista digital totalmente gratis. Recíbela tu también, por email y sin importar donde vivas. Puedes tener la primera hoy mismo: