La Neurociencia de la Generosidad

Joselyn Quintero Armonía Financiera 1 Comment

Según la economía tradicional, el ser humano es un tipo de hoja de cálculo andante, que ayuda a otro solamente si eso le genera un rendimiento o ganancia monetaria. De lo contrario, ni loco que perdería el tiempo en otros. Pero en este siglo ya vamos dándonos cuenta que las sociedades fuertes no son las que tienen una manada de gente interesada, sino un grupo humano con generosidad.

 

Durante mis años de universidad, recuerdo haber discutido con mis profesores acerca de la evaluación de proyectos únicamente en sus ganancias. ¿Es la ganancia un determinante único de éxito? En la calle podemos ver personas que, aunque sus números no estén perfectos, logran salir adelante y esos proyectos fallidos les generaban una ganancia de vida importante.

 

Actualmente estamos entrando en un nuevo paradigma financiero. Muchos velos se van corriendo de nuestras mentes, gracias a la posibilidad de que estas discusiones formen parte de los estudios científicos de las universidades.

 

Generosidad y felicidad: ¿van de la mano?

 

 

Un ejemplo de ello, es la investigación que se llevó a cabo en la Universidad de Lubeck en Alemania, donde se trataba de responder: ¿Por qué las personas llegan a ser altruistas, incluso cuando conlleva un costo personal?

 

Este estudio se basó en analizar a 50 personas para comprender, a través del uso de resonancia magnética, cómo funcionaban sus cerebros cuando se les asignaban actividades asociadas con la generosidad.  Se les otorgó dinero durante 4 semanas, indicándoles que la mitad era para ellos y la otra mitad para gastarlo en otra persona.

 

Las imágenes capturadas de las personas consideradas más generosas, mostraron que las decisiones consideradas “generosas” producían actividad en la unión temporoparietal (TPJ, por sus siglas en inglés) y que interactuaba con el núcleo estriado, el cual está relacionado con los cambios en la felicidad. En otras palabras: La generosidad y la felicidad están directamente correlacionados. Es decir, el aumento de la generosidad aumenta la felicidad, y el aumento de la felicidad aumenta la generosidad. Pero esto es apenas el principio.

 

La declaración de generosidad

 

 

En el estudio no sólo se pudo observar la potente relación que existe entre la generosidad y la felicidad. Además se descubrió algo que sorprendió mucho más a los investigadores.

 

Con solamente hacer una declaración pública de la generosidad, se incrementó en los participantes el comportamiento generoso y la felicidad. Los cambios de conducta que representa la declaración de ser generosos afecta positivamente en el cerebro. Por una parte, la expresión de un compromiso influye en los mecanismos de autocontrol y, por el otro lado, los seres humanos buscamos crear consistencia entre lo que decimos y hacemos.

 

El exceso al dar

 

 

Pero seguramente te preguntarás ¿Cuál es el límite de la generosidad?  Esto también se midió en el estudio, pues si bien ser generoso hace que operemos más eficientemente en comunidad y tengamos una neuroquímica más saludable para nuestro organismo,  corremos un riesgo a hacerlo excesivo.

Cuando existen lesiones en el núcleo estriado, la balanza de la generosidad pierde control, al punto de poner en riesgo nuestra seguridad y estabilidad personal. Esto se le conoce como “generosidad patológica”, cuyos efectos inmediatos implica el derroche financiero que se convierte en ruina económica.

Saber mantener un equilibrio sano entre darnos y dar a otros, nos permitirá salir adelante en el eterno conflicto de crecer mientras contribuimos en el bienestar del mundo.

 

Fuente:

Park, S., Kahnt, T., Dogan, A. et al. A neural link between generosity and happiness. Nat Commun 8, 15964 (2017). 

Escrito por

Joselyn Quintero

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Asesora Financiera con especialización en Psicología Financiera y Neuroeconomía. Creadora de ArmoníaF y Mandala de Negocios. Convirtiendo el dinero en una herramienta de bondad y amor para el bienestar del mundo.

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