negociar

Cómo Negociar sin Perder la Paz

Joselyn Quintero Mandala de Negocio 1 Comment

¿Qué sientes cuanto te digo la palabra “negociar”? Ese sentimiento que se refleja en tu cuerpo es lo que te ayuda a entender tu relación con la negociación. Así que hoy voy a darte una visión de los negocios y la negociación. Para que puedas incorporarla en tu vida de una forma amable, tranquila y pacífica.

Un negocio es como un baile. Es un movimiento coordinado entre dos o más personas, para lograr una armonía con el todo. Sin atentar contra sí mismos. Algo que debes tener en cuenta, es que toda negociación comienza con un aporte, no con una demanda. Y aquí es donde ejecutamos el poder verdadero.

Sí, yo también he visto películas donde la negociación es como una guerra suma cero. Es decir, donde alguien debe perder para que otro gane, o viceversa. Pero negociar es un estado donde todos debemos quedar satisfechos. Para que el resultado sea mayor que el aporte de las partes, donde se logre una sinergia. Todo lo demás sale del sentido de negociación.

Cuando negociar

 

A diferencia de lo que puedas imaginar, se negocia cuando se tiene algo valioso que aportar al otro en sus términos. Esto implica en primer lugar saber los objetivos y deseos de la otra parte. Luego saber si en nuestras manos está esa solución. A veces la negociación comienza con un favor o una colaboración, que luego se hace recíproca. Si ambos lo hicieron desde el deseo auténtico de que al otro le vaya bien, estaremos en un excelente espacio para negociar.

Fíjate que esto es muy diferente al hecho de negociar porque quiero algo o quiero tomar una oportunidad. Esto, más que pensarse, se siente. La otra persona siempre tiene una intuición o sexto sentido. Esto le permite sentir si la negociación va en buena vibra o es la canibalización del espacio del otro.

Otras veces podrás encontrarte con personas que manipulan la percepción. Esto, para generar la ilusión óptica de un valor que no es real. Como buena nacida bajo el sol en escorpio, siempre se me hace fácil ver las sombras y ver la intención detrás de cada acción.

El poder en la negociación

 

Una vez que entiendes el valor que puedes ofrecer al otro para ayudarlo a crecer, viene ahora un elemento importante: negociar como alguien cuya intención es noble y su energía a la vez es empoderada. ¿Cómo es esto?  Ayudar al otro junto contigo, no a pesar de ti. Para ello es muy importante que tengas claridad de tus límites no negociables y tus aspiraciones más altas.

Al tener claro este esquema de mínimos y máximos, puedes saber con claridad la energía que va a requerir de tu parte y si para ti eso es igual de valioso. O si pone en riesgo tu estabilidad, integridad o tranquilidad. Como te mencioné antes, negociar es un “unirnos para que nos vaya bien a ambos”. Aquí te toca a ti ser responsable de ti mismo (porque aún no sabemos el nivel de consciencia que el otro tiene con respecto a este tema).

3 Preguntas antes de negociar

 

A mí me encanta preguntarme cosas antes de tomar decisiones, para saber si voy por buen camino o es hora de cambiar de rumbo. Muchas veces no tiene que ver con el otro, sino conmigo con respecto a esta situación. Así que te comparto tres de esas preguntas:

  1. ¿Cómo me siento con respecto a esta persona? A veces la mente se mete de por medio diciéndote “no te cae bien, pero te conviene”. Si eso pasa por tu mente, es hora de dar un paso atrás, porque mi experiencia me dice que la conveniencia no es buen indicador de negociación, ya que entras en modo “pedir” y no de “dar” con equilibrio.

  1. ¿Cómo me siento con respecto a lo que voy a ofrecer? Si te olvidas de ti mismo(a), vas a terminar en el terreno del sacrificio, lo cual muy rápido te va a llevar a experimentar sentimientos de abuso, rabia, explotación o injusticia. Con frecuencia queremos ayudar a quienes no están listos, así que presta atención si quieres negociar (ganar-ganar) o si sólo quieres ayudar altruistamente. Esa claridad organizará tus expectativas.

  1. ¿Qué es lo que realmente quiero recibir? Ahora es momento de darle la oportunidad al otro de también sumar a la negociación, de hacerlo sentir útil y empoderarlo dándote lo que tú quieres. No está mal pedir algo a cambio, siempre que sea desde un esquema de respeto y que la otra persona lo dé con alegría (sin manipularla). En mi caso, yo trato de ser lo más transparente posible, porque así como yo puedo sentir incomodidad con el otro, el otro también sentirá un ruido si no estoy siendo abierta y honesta.

Fluye

 

Una vez que has respondido estas tres preguntas, sabes que vas a ofrecer algo que es fácil, cómodo y fluido para ti (pero valioso para el otro recibir), entonces es cuando entras en la negociación sin cartas bajo la manga, y sin tener que defenderte de nadie.

¿Y qué pasa si la otra persona no tiene claro esto, tiene miedos o la avaricia la atropella?  Es momento de soltar el deseo de negociar, dar las gracias y no darle continuidad. Desde el poder personal, la paz y con la tranquilidad de que hiciste lo mejor para que ambos crecieran. Así de sencillo.

Escrito por

Joselyn Quintero

Facebook Twitter

Asesora Financiera con especialización en Psicología Financiera y Neuroeconomía. Creadora de ArmoníaF y Mandala de Negocios. Convirtiendo el dinero en una herramienta de bondad y amor para el bienestar del mundo.

¿Quieres la Revista ArmoníaF?

Más de 3.000 personas reciben cada mes nuestra revista digital totalmente gratis. Recíbela tu también, por email y sin importar donde vivas. Puedes tener la primera hoy mismo: