Estamos en un mundo dual donde cada perspectiva está polarizada. Lo incómodo de esta situación es que ambas partes tienen razón. El concepto de intención no escapa a esto. Hay quienes dicen que del poder que le des a la intención dependerán tus resultados. Otros que la intención por sí misma no es suficiente para conseguir lo que quieres. Y entonces, ¿qué hacemos?
Cuando me encuentro con situaciones así y no sé cuál posición elegir, me detengo y creo mi propio concepto. Desde mi experiencia la intención tiene que ver con la claridad que tengas sobre lo que deseas. Pero con esto no me refiero a saber qué quieres sino a tener conciencia del proceso que implica materializar tu sueño.
Es aquí donde la mayoría se queda en el aire. Somos muy buenos imaginando pero nos cuesta trabajar para obtener. No se trata de que somos perezosos. Más bien es una desconexión emocional que nos impide ver con claridad qué cantidad de recursos tenemos que invertir para conseguir la meta.
Seguro conoces la Ley de Atracción. Desde que se hizo popular muchas personas la han mal interpretado. Pues se quedaron con el planteamiento de que con solo visualizar obtendrían lo que deseaban. Me he encontrado con un montón de personas frustradas con estas filosofías porque nunca les ha funcionado.
Considero que la idea no hace la diferencia sino la solidez que logramos para edificar lo que queremos. He llegado a la conclusión que como ésta es la parte menos divertida la gente tiende a evadirla. Sin darse cuenta que esta acción los aleja de su propósito.
Seguramente has escuchado la frase «Nada es gratis en esta vida». La considero cierta pero no solamente desde el punto de vista financiero. Todo lo que deseas tiene un costo ya sea en recursos internos o externos. Un hábito adquirido en muchas culturas es el de esperar resultados sin invertir lo necesario para hacerlo real.
Esto contribuye a que más del 90% de las personas no llegue más allá de sus intenciones. Un día que me di cuenta de la gran cantidad de energía que necesitaba para cumplir mis deseos. Fue entonces que dejé la creencia de que la vida que deseo estaba justo en lo que no tenía.
La intención marca un inicio
El poder de la intención está en desear sin necesitar. Al estar libre de urgencias puedes ver las opciones que existen y permitirte optar por la que te acerque al mayor beneficio. Esto ocurre, siempre y cuando reconozcas que saber hacia dónde quieres ir es solo el comienzo de un maravilloso viaje hacia el crecimiento y la evolución. Quien tiene claro a dónde va, sabe que su destino tiene ruta y tiempo variable.
En el cambio de consciencia que estamos procesando, la intención representa las coordenadas del punto de llegada. Crecer conscientemente es un movimiento al que cada día se suman más personas dispuestas a vivir en bienestar y plenitud ¿Quieres ser parte de este movimiento? Estás aquí, así que no tengo dudas de ello. Hasta un próximo encuentro.
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