Un día mientras me duchaba pensaba en el significado de bienestar. Por supuesto dedicada al yoga es una palabra que surge incluso en piloto automático. Así que decidí durante un par de días preguntarle a las personas a mi alrededor que significaba para ellas esta palabra. Fue sorprendente descubrir que la mayoría de conocidos y familiares me daban una definición de diccionario:
- estado de satisfacción personal, de comodidad, y de confort,
- persona cuyas condiciones físicas y mentales proporcionan un sentimiento de satisfacción y tranquilidad,
- cosas que se necesitan para vivir bien. Entre otras cosas.
Realmente no me sentí satisfecha, así que decidí meditar en qué es el bienestar. Pasado unos días descubrí que estaba intentando razonar en el significado de una palabra, pero no en el estado en sí. Entonces comencé a dejar de estar en la mente y simplemente sentir. Primero, empecé a sentir la respiración. Cómo estaba sentada, cómo sentía el contacto de la ropa en la piel. Sentía el aire que roza la piel que queda descubierta, pero tampoco tuve respuestas.
Bien – Estar
¿Qué sientes en referencia a esta palabra? ¿Cómo la sientes? Si en este instante estuviéramos frente a frente, ¿qué me dirías sobre el bienestar?
Tú y yo continuamente oímos y leemos lo importante del bienestar para cualquier persona, pero ¿qué es?
Durante varios días deje de buscar respuestas. Simplemente deje reposar la palabra, el concepto y su significado.
Entonces día a día en lo cotidiano me di cuenta de que el bienestar es una condición de presencia. De saber estar, no solo de cuerpo presente sino del ser en esencia. Del yo total y al despertar y saber que estaba viva, que gozaba de un nuevo día, al estar con mi familia, de camino al trabajo o mientras realizaba cualquier actividad, allí desde la presencia del cuerpo, del ser, con el entorno descubrí un estado de plenitud, con una sensación de armonía, de sentir el cuerpo más ligero, la mente en calma.
Ahora bien, te propongo una práctica. Siéntate de modo tal que no bloquees ninguna parte de tu cuerpo. Tus manos reposando en el regazo de tus piernas. Imagina un lugar que te genere un estado de calma y quietud. Con el sonido de la naturaleza al fondo y comienza a respirar de manera calmada y suave. Deja que tu imaginación se apodere del momento, suaviza tu rostro, relaja el entrecejo. Sube ligeramente la comisura de los labios y siente, escucha, huele y palpa el entorno en el que te encuentras. No te juzgues, simplemente contempla y contémplate. Imagina ese entorno lleno de vida, en plenitud y armonía. Crea en este instante un estado del ser presente y ríndete a la grandeza del bien estar.
Corren tiempos agitados, llenos de información y distracción. Donde la inmediatez está servida. Entonces depende de ti y de la manera que quieras vivir con en el entorno donde te encuentres y con las personas que compartes este instante de tu vida. Sentir el bienestar que reside en ti. Recuerda no se trata solo de una condición física se trata de un estado del ser en plenitud y en bien estar.
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