El valor para vivir con honestidad

Lourdes Tagliaferro Ser, Sentir, Servir 2 Comments

¿Qué pasaría si por un día tuvieras el valor de usar la honestidad y transparencia en tus palabras? Algo así como en la película “Mentiroso, Mentiroso” de Jim Carrey. Posiblemente sería incómodo en todas tus relaciones.

A nivel social se considera normal evitar ser honesto. Se permiten las mentiras piadosas y se usan para ser amables cuando algo no nos agrada.

Estoy de acuerdo con que se deben cuidar las palabras. Sin embargo, dejar a un lado la honestidad y transparencia ya no es una creencia que sostengo.

Existe una gran diferencia entre decir las cosas mal y que otro se ofenda al escuchar. No necesariamente uno es la causa del otro.

Decir las cosas mal implica emitir juicios. Esto significa que se usan comparaciones, críticas, opiniones o evaluaciones para describir hechos. Al hacer esto es muy probable sentirse ofendido.

No obstante, hay veces que el lenguaje es pacífico y la persona igual se ofende ¿Por qué? Por sus creencias, pensamientos y emociones. Es posible que no escuche con claridad sino que esté interpretando según sus memorias lo que le dicen. Cuando no se escucha sino que se reacciona, lo que se percibe es ofensivo.

Así que hemos estado sacrificando la honestidad por no ser conscientes de nuestro lenguaje. No definimos nuestras intenciones al comunicarnos. Tampoco notamos si reaccionamos o escuchamos.

El valor de ser honestos

 

Ser honesto requiere valentía, claridad y confianza. Es saber reconocer tus pensamientos, emociones y necesidades. Todo esto sin agregarle argumentos u opiniones.

Y describirlo es fácil. Pero en la práctica se necesita superar muchas creencias al respecto. Como justificar la mentira o creer que tu sentir depende de otros y no de ti.

Por ejemplo, que seas capaz ante una molestia preguntarte ¿qué asunto pendiente me refleja esto? En vez de culpar a la persona, situación o a ti mismo de lo que ocurre.

La honestidad es aprender a decir sí cuando quieres decir sí, y no cuando quieres decir no. Tan simple como esto. Dale espacio a la consistencia que ya posee tu ser sin miedo. Cuando logras expresarte sin acertijos, ambigüedades o invitando a las suposiciones, entonces todo será más claro para ti y quienes te rodean.

Hasta un próximo encuentro.

Ver también ¿Capricho o necesidad?

Escrito por

Lourdes Tagliaferro

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Facilitadora en Comunicación No Violenta (CNV). Ha encontrado que lo simple le conecta con su ser. Las emociones presentes es lo que se necesita atender para seguir adelante, ni más ni menos. Atrévete a descubrir lo que está vivo en ti.

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