Con más frecuencia de la que te puedas imaginar, he escuchado la frase “yo lo único que necesito es un millón (de dólares)”. Incluso esa frase del millón la tiene el grupo latinoamericano Bacilos, al poner el dinero como medida de su éxito profesional. En diferentes entornos y contextos, el millón se convierte en una forma de solución perfecta e hito de prosperidad personal. Hoy hablaremos de cómo esta expectativa afecta el desempeño del resto de los seres humanos, y qué hacer para vivir con prosperidad, aunque estés muy lejos de llegar al millón.
Se trata de un resultado
Nos encanta pensar en términos de insuficiencia. Si hoy no tengo, pienso que cuando tenga podré resolver los problemas que tengo hoy. Por eso la gente no avanza, porque piensan que los recursos anteceden a los retos. En realidad, los retos están hechos para avanzar hacia los recursos, para movernos en dirección que queremos. Más personas de las que te imaginas, llegaron a hacerse millonarios sin ni siquiera darse cuenta, porque lo que los movía era lo que tenían para dar, superarse a sí mismos y no andar persiguiendo dinero.
El dinero siempre es un resultado, no un motivo. Un ejemplo claro lo puedes ver entre los grandes ejecutivos de las empresas multinacionales. Ganan bien, pero ahí no necesariamente hay prosperidad. Muchos admiten haber vendido su juventud y sus sueños por atender cargos que los alejó de sus familiares. Incluso los íconos del emprendimiento como Elon Musk y Steve Jobs, han llegado a la cima del éxito sacrificando sus matrimonios.
La trampa de la simplificación
Una cosa es la simpleza, y otra es el simplismo. El dinero es una tecnología inventada por el hombre para facilitar las transacciones, pero a su vez este nos ha llevado a desarrollar el pensamiento abstracto de una manera asombrosa. Casi que necesitamos disponer de un espacio particular de nuestro cerebro, para hablar el idioma de los números.
Pensar consume muchísima energía, y sacar números también. Esta es la razón por la cual algunas profesiones como la ingeniería y las finanzas, son tan bien pagadas. Pero es algo que está disponible para quien haga uso de esto. Creer que toda tu prosperidad en tu vida se reduce a un millón de dólares, es pereza mental. No has sacado la cuenta, aún no conoces tus números, no tienes la más mínima idea de lo que te hace próspero.
La Prosperidad es una Relación
Si algunos pueden llegar tan lejos con tan poco, ¿Cómo puede ser que otros necesiten de tanto para dar un primer paso? La respuesta está en la relación con lo que hay. Créeme que una mente abundante no es aquella que espera recibir mucho, sino aquella que sabe que tiene lo que necesita para avanzar con confianza. Esa relación de suficiencia, es prosperidad.
Por esta razón es que la prosperidad necesita ser recordada a través de rituales, amuletos y acciones de consciencia, porque tiene que ver con aprender a sacarle provecho a lo que hay, y saber que solo llegará más a ti cuando sueltes la necesidad y entre en la resonancia con el dar.
Nadie está tan necesitado como para sentirse próspero solo si llegase al millón, así que empieza a cuestionar tu relación con lo que tienes, aquí y ahora.
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