En esta tarde lluviosa y tomando un rico café con leche, te contaré cómo ha sido para mí el despertar de mi consciencia.
Ha sido un viaje revelador, liberador, lleno de emociones que suben y bajan. Como si estuviera montada en una montaña rusa.
Ahora vendrá a tu mente una idea: ¡Ah!, ya sé por qué tu sección se llama “Consciencia del Ser”. Pues diste con el clavo.
Para mi desarrollo personal, ha sido un deleite. Pues con el uso de diversas herramientas todas me han aportado conocimiento acerca de mí misma. Es como armar un rompecabezas, e integrarlo todo con amor y aceptación.
En algunos momentos me he topado con mis creencias limitantes. También con la resistencia a crecer justo cuando el dolor está a flor de piel. ¿Sabes a lo que me refiero? Cuando sientes que el mundo se viene encima y nos sentimos víctimas de este.
Aún así, si deseas desarrollar tu conocimiento interior y tomar consciencia de tu Ser, te diré que adelante. Pues es el mejor regalo que puedes otorgarte a ti misma, es como ponerte una blusa de fina seda, pero en tu vida interior.
Mi proceso no ha sido fácil, en algunos momentos ha sido doloroso, pero muy gratificante cuando la verdad es develada. Entonces comienzas a ver todo desde una perspectiva diferente.
Lo has leído bien, cuando un área de tu vida se ilumina, tu consciencia cambia, y comienzas a ver todo de forma diferente. Empiezas a sentir los síntomas del despertar.
La consciencia es percibir diferente
Estos son: ya no te enganchas en situaciones que anteriormente te hacían mucho ruido. Los colores de los objetos te son más nítidos y brillantes. Comienzas a darte cuenta de cosas que antes no veías, ves la vida con su sencillez innata, ves todo el orden divino.
Como ves es cierto lo que se dice por allí en la jerga popular, cuando tú cambias, todo cambia. Por eso los procesos de cambio son en uno mismo. Por eso cuando algo te cause ruido, es señal de que Dios te está diciendo que es momento de avanzar y despertar.
Esto me hace recordar las muchas conversaciones con mi amiga y maestra Francia. Me decía: “aprovecha esta adversidad, pues detrás de la oscuridad que ves hay una gran recompensa, allí está tu tesoro, habrás fortalecido áreas de tu vida, que están oscuras en estos momentos ya que son tus proyecciones, y por eso estás viviendo esto”.
Te confieso que esto me molestaba horrores. Pero con el transcurrir del tiempo se hacía evidente la lección de vida y cada vez me hacía más abundante y próspera.
La consciencia del ser me ha llevado a experimentar un contacto íntimo, fiel y profundo con mi Divinidad. Descubriendo así las riquezas de mi ser, las riquezas del Universo, la riquezas de las relaciones, las riquezas en todo. Cuando me enfoco en ver todo desde la percepción de Dios, solo puedo ver milagros.
Recuerda que somos un espíritu teniendo una experiencia totalmente humana. Por eso es que meditar y orar nos lleva a un estado más real del ser.
Sinceramente, decidir tomar consciencia de nuestro ser requiere de una honesta integridad y sinceridad con nosotros mismos. Es reconocer que lo que veo afuera es mío y es una oportunidad para dejar de culpar al otro, soltando el juicio y así vivir en total armonía y que todos somos uno.
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