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¡Mi Familia! El gran compromiso de amor

ArmoníaF Team Consciencia del Ser Leave a Comment

Durante mi adolescencia sufrí de la crisis de la comunicación. La interacción con mis padres era muy conflictiva. No existía ningún lazo de comunicación con ellos y menos sobre mis temores y preocupaciones propias de la edad.

Vivía una situación muy difícil. Tenía necesidad de encontrar algún tipo de apoyo, respaldo, un consejo de parte de ellos. Necesitaba que alguien me enseñara sobre la vida de una manera sabia.

Veía cómo a mis amigas, casi todas de origen europeos sus padres le delegaban pequeñas tareas. Las hacían crear responsabilidad y en mi casa contrariamente todo se pedía en tono de gritos y con muy poca paciencia.

A los 22 años de edad, luego de mantener una relación con mi novio por más de un año y medio quedo en embarazo de mi hijo. Esta noticia cambió radicalmente mi vida. La primera sensación fue de correr. Pero no, ahí estaba yo planteándome el compromiso de amar y darle el mayor bienestar posible a mi hijo.

Una charla del Dr. Manuel Barroso sobre la educación en valor de los hijos provenientes de madres solteras marcó mucho mi vida. Me ayudó a superar el desequilibrio emocional que traía de mi familia y ahí empezó mi crecimiento y desarrollo personal.

Un compromiso de amor

 

Lo que vino después fue crecimiento y más crecimiento. Comencé a leer todo tipo de libro sobre crecimiento y desarrollo personal como la Gestal, Análisis Transaccional. Acompañados de las terapias y cursos con el Dr. Manuel Barroso. Y años después acompañada con psicoanálisis con la Lcda. Ruth Hernández, miembro de la NEL Caracas y diversos talleres.

Ahora bien, estoy consciente que el compromiso de tener un hijo, me llevó a ser responsable conmigo misma para así serlo con mi hijo. Con el discurso de la Madre Teresa de Calcuta, sobre el aborto, entendía el porqué de su resistencia hacia este procedimiento. Pues eso solo nos lleva en contra de nuestra propia luz, esencia y ser. Entendí que, si la persona no está comprometida con sus hijos, nunca les va a dar el 100% de sí misma.

Comprendí que tener una familia feliz, no es cuestión de suerte, sino de compromiso diario. Y que solo dependía de mí y de lo que yo entregara con amor.

La realidad es que para tener una familia feliz se requiere trabajo, esfuerzo. También paciencia, mucho amor, dedicación, y sobretodo perseverancia.

En cualquier aspecto de nuestra vida, eso es totalmente fundamental. En los deportes, por ejemplo, si usted quiere alcanzar una meta, debe esforzarse comprometidamente y entrenarse el tiempo necesario.

Así mismo ocurre en las empresas. En el desempeño diario -cualquiera que éste sea- es necesario el trabajo, enfoque, planificación, orden y disciplina. En las empresas que han logrado mucho, tienen un equipo de personas que están alineadas con dedicación. Que se capacitan para ser mejores, y con perseverancia para lograr el éxito por encima de las adversidades.

Una experiencia llena de amor

 

Por esta razón mi sugerencia amorosa es que, si quieres hijos obedientes, disciplinados y responsables, es importante tu compromiso con tu propio crecimiento y desarrollo constante de tu ser. Para así ser el mejor modelo para criarlos.

Convertirte en la mejor versión de ti requiere amor, perseverancia y sobretodo estar dispuesta a trabajar en ti con humildad. Es así como llegué a experimentar “cómo es adentro, es afuera”.

Detrás del éxito de nuestros hijos, está la fuerza de nuestro compromiso.

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