desperté

Cuando Desperté, me di cuenta que Dormía

ArmoníaF Team Consciencia del Ser Leave a Comment

Indiscutiblemente hablar sobre la atención, es volver al presente, al aquí y al ahora. Lo que a mí me movió a salir del dolor, del rol de víctima, fue soltar todas mis creencias de escasez. También de soledad, temor o miedo, enfermedad, abandono, sensación de humillación, falta de merecimiento. En pocas palabras falta de amor, reconociendo en mí y en el espejo una petición de amor.

Durante mi vida, he vivido procesos que a la final me llevan a volver a casa. Estoy segura que te preguntarás ¿Cuál es la casa? ¿La de tus padres? ¿La de tu familia? La repuesta es simple y sencilla: a tu verdadero corazón, a tu sentir, al Amor.

Lograr volver a casa no es un proceso fácil. Me he dado cuenta de que mi atención estaba atrapada en el miedo o dolor en sus diversas formas. Las cuales llamé empleo, madre, padre, pareja, finanzas, y relación de apego con mi hijo. Pero todas estas circunstancias están llenas de amor y un fin común que me llevó a poner mi atención en mi amor propio. Me impulsó a consentirme, amarme, escucharme, a aprender a ser compasiva conmigo misma.

No me ocurrió de la noche a la mañana, sino que fue un entrenamiento de cada instante. Por eso me llevó a desarrollar la atención, la observación de mi sentir. Es decir, estar despierta para ver a dónde me enfoco. Eso es lo que he escuchado en muchos facilitadores: donde pones la atención, está tu energía.

Me confieso seguidora de un amoroso maestro, que me ha robado toda la vida mi corazón. Él es Jesucristo, y dice en su palabra: “Donde está tu corazón está tu tesoro” (Mateo 6,21). Estoy también segura que otros maestros espirituales lo han enseñado desde su propia experiencia. Pero hoy en día estoy segura que lo único real es el amor, que lo engloba todo, lo contiene todo.

Despertar y ver que mi vida la pasé viendo y sintiendo desde la herida ha sido un proceso de sanación. La restauración en mi ser. ¿es liberador? Te confieso que así lo he experimentado. Pero luego he tenido el regalo de sentir que me conecto desde mi real esencia. Pues comienzo aceptarme tal y como soy. Comienzo a entender que estoy para aprender y que todo mi proceso es útil para mí y me sirve para apoyar aquellos que están en este camino de despertar.

Desperté para Servir

 

Comparto contigo esto que usualmente lo aplico cuando estoy en conflicto. Previamente entrego a Dios este momento para que él me ayude y regale la gracia de verlo con sus ojos:

1. Pongo atención en las 4 esquinas de mi habitación.

2. Paseo unos minutos en sentirme desde cualquiera de las esquinas, movilizándome por estos espacios físicos.

3. Apunto en un papel la situación que esté viviendo y que le he permitido robarme mi paz, y lo coloco en el centro del cuarto.

4. Siento y fluyo desde las diferentes ubicaciones, a veces lejos y a veces cerca.

5. Me paro de pie sobre mi cama y sigo sintiendo.

6. Cuando soy capaz de elevar mi consciencia y poner distancia, puedo ver con otros ojos la situación. Y entonces, viene la paz.

Otras veces he buscado a mis amigos, pues compartir en grupo me permite ver otras perspectivas.

Definitivamente, la oración es para mí la herramienta que más me revela la salida. La lección y la fe en Dios y confianza en mí.

Un camino de Amor

 

Todo este proceso me enseña que, si algo no me da paz, es porque no estoy viendo desde la perspectiva del amor. Por lo tanto me invita a volver a elegir cómo ver. Me invita a soltar la razón y el ego, también a aceptar. Para mí es un camino de vida, donde la ganancia es estar en el ahora y ser amor, que es la real esencia de mi ser interno. El beneficio es estar conectada con la abundancia y prosperidad que está en mí y se refleja en el exterior.  Como es adentro es afuera o por sus frutos los conocerás (Mateo 7,16).

Definitivamente, es sentir cada instante que estoy aquí y ahora. Que he sido divinamente creada en perfección y que gozo de la libertad de sentirme bien indiferentemente de lo que ocurra afuera. Es mi ejercicio de cada instante, y que en el camino voy a tener ángeles por si lo olvido, como alguna vez me ocurrió.

A mi Amado Dios Padre, mis ángeles en la tierra “amigos del alma”, gracias por existir. Soy bendecida por su presencia en mi vida.

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