¿Has visto las aves del cielo que juntas viajan y saben exactamente hacia donde se dirigen? Me imagino que nunca sus padres pájaros les han dado instrucciones escritas y específicas de cómo lo tienen que hacer. Para nosotros es casi imposible concebir esta idea.
Que los pájaros, seres poco inteligentes, sean capaces de migrar hacia un sitio específico. En cierta época del año y regresar a su punto inicial solo ayudándose de un poder interno que poseen, es casi un milagro. Pero no lo es.
Las aves tienen la capacidad de leer el campo magnético de la Tierra. Lo que les ayuda a orientarse a través de un sistema de navegación preciso que se encuentra implantado en el cerebro. En pocas palabras las aves saben su destino gracias a su guía interna.
Así como las aves, todos los seres humanos por naturaleza poseemos la misma capacidad de orientarnos hacia nuestro destino. De una manera perfecta si confiamos y sabemos hacia donde nos queremos dirigir.
¿Mente o Corazón?
Es muy común escuchar que la mayoría de las personas no sabe hacia dónde dirigirse. Nos mantenemos en un problema constante generando una batalla interna sin poder decidir hacia dónde queremos llegar. Una parte de nosotros dice hacia donde debemos llegar, y otra dice hacia dónde queremos llegar. Esta segunda nos revela el deseo de nuestro corazón. No siempre está de acuerdo con la otra voz interna que nos dice hacia donde deberíamos dirigirnos.
Como ves se presenta una perfecta disonancia. Todo comienza cuando la razón guiada por la parte lógica, nos dice cómo deberían ser las cosas. Cuánto deberíamos estar ganando monetariamente. Cómo debería ser el camino y nos empeñamos en decidir exactamente, de qué manera se manifestarán nuestros anhelos en ese camino que decidimos seguir.
En este caso fue la razón la que tomó la decisión de hacia dónde dirigirnos. Sin dejar que el corazón, que es esa parte interna que sabe exactamente hacia donde hay que ir para realizarnos, decida aunque no sepamos cómo se darán las cosas.
Confía en ti para llegar a tu Destino
Al haber entrevistado muchos emprendedores en mi programa de Tu Talento Online TV me di cuenta que las personas que trabajan con su talento han escuchado a su corazón. No necesariamente saben cómo va a darse cada paso del próximo tramo que hay que transitar.
Simplemente se dieron a la labor de confiar y de sentir cada decisión que estaban tomando. Es claro no hemos aprendido a leer los sentimientos y las emociones en nuestro cuerpo para que nos guíen en la decisión correcta a tomar.
Estamos acostumbrados a escuchar la lógica de nuestra mente. Aquella parte que nos dice que no está el mapa completo, que no tenemos los recursos. Tampoco conocemos a las personas que nos facilitarán el camino. Por lo tanto no tiene sentido seguir con ese talento y pasión que sientes.
El siguiente paso que generalmente seguimos es abandonar aquella idea que nos hace aflorar la pasión y el entusiasmo. Solo porque la lógica ya dio por sentado que no se puede.
Es bien claro que dentro de cada uno de nosotros existe una guía interna. Con la cual nos conectamos cuando no permitimos que la razón interfiera. Y que al confiar se hace mucho más efectiva aún sin conocer cada detalle en el proceso.
Ten como propósito conectarte con esta guía interna para que las dudas, los miedos y la impotencia no tengan cabida dentro de tu vida. Si apenas estás descubriendo esta guía o aún no te conectas con ella, comienza por confiar en las señales de tu cuerpo cada vez que tomas una decisión con respecto a tu talento.
Pregúntate si la idea que tienes te entusiasma. Si sientes ese “no sé que” dentro de ti que te dice que lo hagas aún sin saber cómo lo harás. Este es un primer paso, que si lo aplicas a diario te conecta con tu intuición dejando que tu guía interna te muestre el camino.
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