Una persona conectada con su alma, casi nunca se equivoca en las decisiones que toma. ¿La razón? Utiliza la intuición, un sistema reconocido por la neuroeconomía, pero que aún no han podido describir. Esta permite acceder a un cofre mágico que siempre tiene la respuesta, aunque no tenga la respuesta lógica que la sostenga.
Si eres de las personas que aún dudas de tus decisiones para llevar adelante tu negocio, te voy a compartir 3 preguntas básicas que debes responderte para que se conviertan en tu guía de decisiones desde el alma:
¿Qué quieres?
Cuando vivimos en función del éxito del otro, es muy fácil perder el norte. El motivo es porque estás decidiendo sobre las prioridades y estrategias de negocio del otro, las cuales ni siquiera conoces. Volverte “la copia barata de” es la receta del fracaso, por mucho corazón que le pongas a lo que haces.
Entonces el primer paso es tomarte un día (sí, un día) de retiro en silencio. Con el fin de preguntarte lo más importante de tu negocio: ¿Qué realmente quieres? Debo advertirte que tus primeros pensamientos vendrán del ego. Estos van desde ser reconocido, valorado, tomado en cuenta, millonario, importante, entre tantos otros.
Si te haces la misma pregunta 30 veces en un día y la piensas con profundidad, te darás cuenta que tu propósito verdadero saldrá al final. Y desde ahí tus decisiones estarán alineadas.
¿Qué ofreces?
Hay una diferencia abismal entre lo que hacemos y lo que ofrecemos. Dos productos pueden estar hechos con toda la calidad del mundo, pero pueden ofrecer dos cosas diferentes. Esto va a tener un impacto de lo que la otra persona ve y lo que la otra persona es capaz de valorar.
Hace poco tuve una conversación con alguien que tiene un negocio orientado a la decoración. Durante muchos años se ha levantado con la idea de que su negocio no va bien. Luego de una amena conversación y de identificar unos puntos en su esquema mental, se dio cuenta que lo que ofrece es mucho más de lo que hace. Al hacerse consciente de eso la llevó de nuevo a ese estado de conexión amorosa que permite que la magia ocurra.
Si te defines por lo que haces, te vas a pasar la vida invirtiendo en nuevas formas de hacer las cosas, sin que ninguna te sostenga. Si te defines por lo que ofreces, tus decisiones de inversión en conocimiento y formación serán más minuciosas, pero muy efectivas.
¿Qué recibes?
El promedio de las personas esperan recibir dinero. De hecho, muchas están convencidas que los negocios son para hacer dinero. No es casual entonces que, tomando como ejemplo México, el 75% de los negocios quiebren a los dos años que haberse iniciado (1). ¿Por qué pasa esto? Porque las personas que tienen incapacidad de manejar el dinero que se ganan como empleados, creen que les irá mejor si ganan más dinero.
Pero el problema es de fondo, no de forma. Sea con un negocio o con un empleo, si no sabes manejar lo que recibes, no llegarás muy lejos. Aquí viene la pregunta en tu negocio consciente. Porque si no tiene claridad de lo que estás recibiendo, vas a vivir pensando que un negocio es solo dinero.
Un negocio con alma es un medio de transformación, donde el dinero es una parte, pero no es el motivo. Haz una lista de las cosas que recibes a través de lo que ofreces, y te sorprenderás de todo lo que llega a ti. Puede que en su mayoría no se puede contabilizar en un balance de negocio.
En ArmoníaF sabemos que el dinero sostiene lo que hace, pero no es el motivo que nos da existencia. Eso nos permite tomar decisiones alineadas con el alma desde lo que ofrecemos, tengamos poco o tengamos mucho.
Tomado de: http://www.elfinanciero.com.mx/empresas/fracasan-en-mexico-75-de-emprendimientos.html
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