Me preguntó mi hijo mientras me miraba atentamente al cruzar la calle 53 con la avenida Segunda en Manhattan. Después de ver en una esquina un Aston Martin y en la otra un Mercedes SL 500.
Yo le pregunté: ¿Cómo sabes tu eso? Habría sido mejor haberme quedado callada porque su respuesta me dejó sin palabras. Me dijo: “porque te he oído decir miles de veces que si la gente usara su talento sería mucho más abundante, próspera y feliz. ¿Te imaginas mamá si lo hubieran hecho, cómo estarían de ricos?”
Ya le está quedando grabada la importancia de unir el talento con lo que diariamente hacemos. Obviamente él asumió por mis palabras que la mayoría no usa su talento. Y si así han sido tan prósperos… ¡cuál sería el resultado si lo usaran!
Para responderle tuve que pensar un momento. Le dije que había conocido personas muy prósperas que lo habían logrado solo usando la disciplina, más no el talento. Es más, la mayoría de ellas no sabían cuál era su talento, y las que lo habían usado lo hacían inconscientemente.
Cuando hablo de prosperidad me refiero a riqueza monetaria. Me di cuenta que la mayoría usaban su fuerza de voluntad y su sistema competitivo para escalar posiciones, arrasando con todo. Era como si manejaran una aplanadora, que con el fin de hacer camino en un sitio poblado de arbustos. Simplemente la dirigieran por donde deseaban abrirse paso para obtener el resultado a como diera lugar.
Así es precisamente como veo a la fuerza de voluntad. Significa la capacidad del hombre para “esforzarse” lo necesario para hacer una cosa. Como ves, le dije, tiene la connotación de lograr algo a partir de trabajar duro. Una expresión que para nada asociamos con el talento.
Hacer a través de tus talentos
El talento nos llama a operar desde lo fácil, aunque para muchos suene a holgazanería. Sí, desde lo que se nos hace fácil y para acabar de ajustar, divertido. Pero, ¿cómo crees que es posible? Le pregunté yo a él ¿Cuándo nos han enseñado que para obtener recompensa económica hay que esforzarse, y hacer aún aquello que no nos apasiona?
La respuesta le dije, radica en la diferencia diametral entre la fuerza de voluntad y la inspiración, y en cómo cada una nos motiva.
La inspiración tiene un motivante interno que nace de cada uno de nosotros. Mientras que la fuerza de voluntad posee un motivante externo que radica fuera de nosotros.
Cuando aplicamos un talento, nos llega la inspiración actuando como el combustible que nace interiormente. No necesitamos ningún aliciente externo para hacer lo que deseamos. Cuando ejercemos la fuerza de voluntad por el contrario, el motivante es externo. Como por ejemplo el dinero, el estatus, la posibilidad de mejorar nuestra situación sociocultural, y en general factores fuera de nosotros.
Nuestro sistema nos ha educado y preparado para operar bajo el ejercicio de la fuerza de voluntad. Por eso es que existen personas ricas materialmente hablando que nunca usaron su talento. Porque usaron la fuerza de voluntad como herramienta principal y les funcionó muy bien.
La idea sin embargo, le dije a mi hijo, es que uses tu talento haciendo aquello que amas. Lo que requiere el mínimo esfuerzo de tu parte. Es en esa situación donde invitas a la inspiración que te ofrece el constante deseo de continuar. No porque la recompensa está esperándote, sino porque haciéndolo eres feliz. Si haces eso, te aseguro que los frutos se verán tarde que temprano.
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