Hace poco estuve en una entrevista que me realizaron para Radio Mía Panamá. Tratábamos el tema de quiénes deberían aprender a relacionarse con el dinero de primero en una familia: los hijos o los padres. De esa conversación sale esta reflexión acerca del dinero.
Estudiaste para ganar algo sucio
El ser humano pasa en promedio una década estudiando en la escuela hasta la secundaria. Y cinco años más, si hace carrera universitaria. Durante ese tiempo, la mayoría vive literalmente alejado del dinero, o aprende solo a gastarlo.
Los primeros años el dinero es algo que no se toca, pues es sucio y es para los mayores. Descubrimos en ese momento que el dinero requiere una edad a la que, casualmente, nosotros no llegamos. Junto con ese mensaje, se mezcla el de “no hay para comprar eso que quieres”, sin mayor explicación de la situación.
Los años de la adolescencia pasan entre dos conflictos. Uno el de pertenecer a los grupos, a través de objetos que representan esa identificación (que suelen girar en torno a artistas). El otro el del dinero que no está. A esta edad se tiene conciencia del dinero, capacidad para gestionarlo e incluso para producirlo. Pero el mensaje es “todavía no estás listo” y “tu trabajo es estudiar”.
Te graduaste sin saber cuánto vales
Ahora que finalmente entras en la universidad, tu ritmo de gastos se hace exactamente igual al de tus padres. Incluso tienes más energía y capacidad para enfrentar el mundo que estás viviendo. Sin embargo, pasas cinco años más aprendiendo a trabajar, sin que nadie te diga realmente cuánto vale lo que ya sabes.
No es sino hasta los 23-26 años cuando tus padres respiran profundo: “ya se graduó, ahora a buscar trabajo”. Un cuarto de vida aprendiendo que estudiar es el trabajo, para darte cuenta que todavía no estás listo por dos sencillas razones. 1) No hay experiencia y debes aceptar el que empleo que sea, y 2) Al aceptar lo que sea, debes conformarte con lo que pagan.
Esta tertulia de “no me alcanza”, “gano poco” o “no es suficiente” se repite día a día, mes a mes y año tras año. Sin tan solo preguntarte si hay algo que puedas hacer al respecto.
¿Cuándo aprendiste del dinero?
Muchas personas me dicen que no saben nada acerca del dinero, pero la verdad es que sí lo saben. Piensan que el dinero es sucio, que el mejor trabajo es estudiar, que no alcanza para lo que se quiere. También que no es suficiente para ser parte del clan y que, a pesar de todo eso, hay que recibir lo que llegue. Sigue la sensación de “todavía no estoy listo”. Hay un deseo de que alguien dé permiso, o anuncie que es hora de relacionarse con el dinero. Esto último es algo que se hace perenne en la mayoría de los seres humanos, por el resto de su vida.
Aprendemos haciendo, aprendemos con lo que hacemos, y el aprendizaje se convierte en eso que llamamos realidad. Quien aprende a ver, tocar, oler, contar, pagar, vender, cobrar y hasta disfrutar el dinero, jamás se preguntará si está listo, porque sabe que lo está.
Es hora de iniciar tu relación con el dinero, porque quien te daría el permiso, ya no está.
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