La imagen de una madre amamantando en la quietud de su lecho, sin más que su hijo y su pecho. Un niño corriendo sobre la grama empujando una pelota con un palito.
Un papá vistiendo a su hijo para ir al colegio. Una tía que enseña a maquillar a la sobrina o el tío que lleva al sobrino al juego de béisbol.
Alguien que se levanta en la mañana con ganas de crear algo nuevo en su trabajo. O la persona que vendiendo el periódico siempre tiene una sonrisa.
Los amigos que te llaman para compartir comidas, conversas y chistes. Comerte eso que tenías rato pensando. Un beso. Hacer el amor.
Hacer yoga con vista al lago. Sentarse debajo de un árbol en medio del prado. Ver la lluvia o disfrutar su sonido. Un amanecer con Arco Iris o un cielo estrellado.
¿Cuál es la fórmula para vivir en plenitud, en auténtica abundancia y prosperidad?
Véase que las imágenes expuestas aquí no están determinadas de ninguna forma por onerosas cantidades de dinero, demasiados bienes o inversiones. Y son precisamente las imágenes con los que nos venden los productos más costosos, lo que el colectivo aspira tener. Porque son imágenes que nos conectan con el flujo abundante y natural de la vida, el placer, y la creatividad.
La abundancia es una corriente de energía que viaja dentro, a través y alrededor de nosotros. Cuando estamos atentos podemos percibirla casi en cualquier momento y lugar.
Hasta en los sitios o situaciones más sórdidas uno podría elucubrar que a pesar del descuido o la sombra, existe un enorme potencial de avance, en una escena así.
Preguntarse ahora si la grama empuja para nacer, si las estrellas se agotan o se preocupan por el espacio. O por cuánto durará su brillo, si los árboles solo dan manzanas de un lado para no acabarse.
Será que el río se programa para drenar poquita agua por si el naciente se seca. La naturaleza es ilimitada, se da completa, se entrega, no piensa que se le va acabar, que no habrá más, que pueden venir tiempos difíciles.
Ella está allí, con todo su esplendor, simplemente siendo lo que es, abundante en cada estación. Así entiendo también los ciclos de abundancia en mi vida.
La abundancia está en la percepción
En ocasiones es maravillosa en el flujo de mis relaciones, otras en ideas y proyectos, otras en dinero, pero siempre hay abundancia. Y he aprendido a observar en que dominio se manifiesta en cada momento y lo disfruto.
Creo firmemente en aquella máxima que dice: Como es arriba es abajo, como es adentro es afuera. Podría pensarse que si uno no tiene el automóvil de último modelo o el traje de moda entonces uno está muy pobre de espíritu o riqueza emocional, o por el contrario las personas que exhiben su riqueza material son Gurús.
Nada más lejos de lo que pretendo transmitir aquí. Ampliando la mirada más allá de lo material, cabe preguntarse: ¿Eres feliz? ¿Sientes plenitud hoy? ¿Sientes ilusión del mañana? ¿Disfrutas de experiencias como las mencionadas al inicio de este texto? ¿Resuena en ti la maravilla de tu día a día? porque es allí, justamente donde está la semilla del árbol abundante en bienestar.
La alegría y el placer nos conectan con la Vida, con el dinero y la creatividad. Y cuando este motor se enciende, logrando apreciarlo, agradecerlo, admirarlo y disfrutarlo, estamos multiplicando conscientemente los frutos que dará.
Afirmar además verbalmente: “Amo mi Vida”, “Soy abundante por Naturaleza” “Agradezco mi plenitud y bienestar” “Multiplico el bien y la abundancia para mí y para todos” ”Me enfoco en lo bello, en lo grande y expansivo” nos mantienen en esa conexión de prosperidad y, nos programa para ser como las estrellas, que brillan sin pedir permiso.
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