Familia

La Suficiencia en la Familia como Fuerza de Avance

ArmoníaF Team Saber Estar Leave a Comment

Los niños pueden entender la suficiencia en sus primeros 7 años de vida como estar contenidos en protección, afecto, cuidado, formación-educación, alimento y recreación.

Cuando bordean los primeros pasos hacia la pubertad y adolescencia, si las semillas antes señaladas no han sido abonadas, el niño sentirá carencias que asociará a faltas físicas e incluso emocionales como ser único, capaz y talentoso.

Percibiendo en otros y no en sí mismo sus bendiciones. Iniciando un ciclo de  comparaciones a desventaja propia, que puede incluso mantenerse en la adultez sin dejarlo valorarse y crecer.

Como padres nos corresponde la tarea de fomentar en el niño desde su más tierna edad la autoestima. También estimulando el cuidado y el amor a su cuerpo, mente y espíritu a través de acciones directas.

Todo esto desde la referencia conductual que nosotros mismos emitimos.

 

¿Nos alimentamos bien? ¿Decimos frases hermosas de nosotros mismos?  ¿Somos sociables y alegres?  ¿Nos apasiona la vida?

Las expectativas súper exigentes hacia nuestros hijos, pueden ser sustituidas por  palabras de refuerzo diario que construirán junto a acciones congruentes la autoestima del niño.

Igualmente el hacerles responsable de sus acciones, como si fuese una especie de juego causa y efecto. Por ejemplo, «si haces tus deberes entonces tendrás más tiempo para jugar en casa de los amigos».

Asignarle pequeñas responsabilidades desde muy chiquitines. Recoger juguetes, lavar su plato y un trasto más, colaborar con otros, son referencias que fomentan en el niño el deseo de madurar para llevarse  la recompensa intrínseca de libertad y suficiencia.

La asignación de responsabilidades fomenta una personalidad capaz de vivir su existencia plena en armonía con el grupo al que pertenece.

A partir de los 7 años y  hasta su adolescencia, empiezan los juicios inevitables propios del desarrollo cognitivo hacia sí mismos.

¿Quién es el más inteligente, el mejor deportista o el que viaja frecuentemente de vacaciones? ¿Soy la más bonita? ¿En qué categoría estoy yo?

Son un ejercicio comparativo que pone de antemano en desventaja al joven que cuestiona haciendo mella su autoestima, sino ha logrado con anterioridad percibir sus fortalezas.

 

Podemos recordarles constantemente sus dones, sus talentos, su riqueza interna. Orientándolos en el proceso de auto reconocimiento y el reconocimiento del otro en su extensa plenitud como ser humano.

Desde la sana afirmación el elevado auto concepto, la admiración y la gratitud por lo que es inherente a sí mismo. Podrá percibir su grandeza y reconocerla en sus compañeros.

Con un brillante foco interno podemos valorarnos y autenticar a nuestros pares sin recelos. Y cuando esto sucede, el derecho divino a aspirar emerge con la certeza de obtener.

Por tal razón la comparación también valdrá para vernos en ese otro, como legítimo espejo de capacidad.

La suficiencia entendida como el impulso que emerge de lo que ya es, primero en nosotros mismos para luego poder verlo en otros. Nos permite  expandir una  ambición proactiva que impulsa a cada quien. Finalmente nos mueve con constancia en la vida, como sociedad y como humanidad.

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