En un Curso de Milagros hay una práctica básica que dice que cuando tú has decidido actuar desde tu percepción o por tu cuenta, indiscutiblemente no lo hiciste conectada con tu creador o con la fuente. Pero cuando esto pase debes recordar que puedes invitar al Espíritu Santo a tu vida y elegir o decidir de nuevo desde el amor.
Durante los últimos años de mi vida esta enseñanza ha sido base. Me permite estar atenta y despierta con mi sentir pues cuando no siento paz. Vuelvo a conectarme con mi Divinidad y elijo desde el amor. Su fruto es la paz en mi alma y mi corazón, ya que la mente se une a la mente de Dios, allí desaparece toda separación. La separación es el propio conflicto, es el creer que lo que veo afuera no es mío. Es aquí donde las religiones le han dado un sentido a esta creencia de la culpabilidad. Han olvidado el hecho de que somos responsables de lo que pensamos, sentimos y co-creamos.
A todos nos ocurren circunstancias adversas. Para mí ha sido una lección ver-sentir en cómo me conecto con ellas, desde el amor o desde el ego. El amor me permite ver las bondades de mi proceso, lde la situación, de mi prójimo, en fin, ver el aprendizaje.
Cuando por alguna razón obvio esta enseñanza, la situación se me repite, pero con diferentes escenarios. Entonces, la vida que es amorosa, me señala que la lección no la aprendí y es importante que lo resuelva, lo sane, lo libere y lo apruebe. No me fue fácil al principio, pero hoy en día he aprendido que mi paz no la negocio por nada, ni por nadie.
Para mí es muy nutritivo el meditar, orar con Dios. ¿Por qué orar? Pues cuando oro le hablo a Dios o mi Divinidad, y cuando hago silencio, él me responde.
Decidir de Nuevo
Reconozco que tenía muy arraigado el hecho de culpar, y por esa razón sentía desde el rol de víctima. Pero me he permitido ayudarme con diversas herramientas. Como lo son el psicoanálisis, Avatar, UCDM, los 7 hábitos de las personas altamente efectivas, Eneagrama y Armonía Financiera, etc. He asimilado elegir ver mi dolor desde el nivel correcto. Ver desde lo chiquita que me concebía, y conectar con mi poder interno, para ir descubriendo con qué me conecto. Definir qué decisión es la mejor para mí, mi círculo familiar, mi entorno laboral. Reconociéndome como parte de una relación humana que puede aportar paz.
La invitación es a que te conecte con tu ser. Que reconozcas en ti el poder de decidir cómo quieres sentirte, cómo quieres vivir interiormente. Afuera solo será un espejo, de una serie de constantes decisiones. Por eso el trabajo es decidir a despertarnos, aceptarnos, amarnos con el amor que somos, que es la esencia pura de nuestro ser.
En el amor todo lo puedo, es la decisión de mi alma, porque es infinito y es lo único real. Es volver a la mirada de nuestro Creador y Fuente.
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