Escucha a tu Corazón

Entiendo la consciencia como la capacidad de poder distinguir entre el bien y el mal. También como la capacidad de percibir lo estados internos y externos a uno mismo. La percepción subjetiva u objetiva dependiendo de nuestras creencias o los aspectos cognoscitivos de nuestras experiencias.

Tenemos entonces, que es necesario contemplar el hemisferio izquierdo de nuestro cerebro, el derecho y el sistema límbico. Nuestro hemisferio izquierdo analiza, clarifica, ordena, separa. Es el responsable de la percepción objetiva, le encanta la educación y las ciencias.

Nuestro hemisferio derecho es el encargado de la percepción subjetiva, agrupa, contrae, unifica, conecta. Es el encargado de los procesos intuitivos, ensoñaciones y tiene la tendencia a la religión y a la fantasía.

Nuestro sistema límbico, principalmente siente, es experto en las relaciones, la memoria y el todo. Prefiere la convergencia, podría decirse que enlaza sinérgicamente la percepción de ambos hemisferios. Es a través de nuestro sistema límbico que damos la entrada al cerebro. Y éste órgano a la mente para dar forma a respuestas mucho más colectivas. También a procesos mentales superiores que sopesen en total balance lo objetivo y lo subjetivo.

Los estados de consciencia, pueden reconocerse  en situaciones cotidianas pensando, sintiendo y actuando desde alguno de nuestros hemisferios. Por tanto, tendremos a ser sumamente racionales, ver las cosas solo desde la lógica pura, lo comprobable según experiencias pasadas.

O, ver situaciones con cierto halo de irrealidad. Desde un punto de vista meramente intuitivo y mágico, obviando todo planteamiento lógico comprobable. Esto no es ni bueno ni malo, solo representa la polaridad de la que apenas nos percatamos. Es decir, en ocasiones estamos de un lado o del otro. Cuando esto sucede, no hay soluciones posibles que involucren armónicamente al YO y al ELLOS.

Escucha tu Corazón

Tenemos la respuesta a la polaridad justo dentro de nosotros. Esto es la premisa ancestral y popular que dice: –todas las respuestas están dentro de ti– o- escucha a tu corazón.

Con un poco de atención, día y noche pueden encontrar exactamente el punto medio de un fresco atardecer. Esto, determinado por la percepción supra consciente que nos da el sistema límbico. Éste es quien tiene una conexión nerviosa directa al corazón.   Se conecta a tu hemisferio izquierdo y a tu hemisferio derecho e interacciona velozmente con tu sistema endocrino y nervioso periférico.

Cuando tomamos decisiones las tomamos desde la huida del dolor o la obtención de placer. Y cuando es por conmoción, accedemos a nuestra zona límbica de forma consciente, es decir aprendemos “a golpe y porrazo”.

Mientras que desde el éxtasis, la meditación o el fluir en el hacer (zona de flujo) accedemos desde el placer. De ambas formas aprendemos. Es el sistema límbico quien coordina los lóbulos temporales. También el neo córtex que nos han permitido evolucionar en nuestras capacidades más desarrolladas como humanos.

Seguir viviendo entre polaridades: democracia o dictadura, fantasía o realidad, racionales o intuitivos es seguir en nivel parvulitos. Los absolutos no existen ni en nuestro propio cuerpo. Hay un tercer lado que templa, da equilibrio y ve la visión superior de los otros dos puntos de abajo.

Como el vértice elevado del triángulo, religiosamente conocido como “Espíritu Santo”. O en la sociedad como semilla primigenia Padre, Madre, Hijo,  nos saca del movimiento pendular del SÍ o el NO  para dejarnos libres. Este puede convertirnos en seres conscientes que abarcan más allá de la estadística o la creencia y asienten a ambos lados de su conciencia.

Voltear y ver a Pepe Grillo,  abrazarlo,  acerca a la Consciencia con “s”,  me trae al Aquí y al Ahora. Me hace responsable, me involucra con el todo  para mayor   beneficio propio y de los que me rodean. Escucha a tu corazón, incorpora a tu sistema límbico.

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