Bing-Bang

El Bing-Bang: Microcosmos Personal

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El término expansión en sus diferentes acepciones implica la necesidad de replegarse, contraerse, intensificarse en sus condiciones presentes antes de poder hacerse manifiesto.

Por ende, antes de una conquista o expansión territorial las tropas se repliegan antes de avanzar. En cuanto a procesos intelectuales, artísticos o culturales, se genera primero una sobresaturación de ideas que hacen fluir a las nuevas y las ordena.

Para procesos informáticos, las “memorias expansibles” son la solución a un equipo determinado. Este colapsa al demandar más almacenamiento antes  de seguir funcionando.

El proceso expansivo quizás más conocido y admirado es aquel que explica la teoría del Bing-Bang u origen del universo. A partir de un estado de alta densidad y temperatura se forma lo que se denomina “energía oscura” e inflación cósmica.

Responsables de la expansión constante del Universo al estar potencialmente latentes justo hasta impulsar la transformación energética necesaria para explosionar.

La expansión humana en procesos psicológicos podría atravesar la noche oscura del alma antes de lograrse. Obscuridad en lo corpóreo,  lo material, lo emocional o lo espiritual, inclusive  al unísono, sin darnos cuenta.

Eso sería, como la representación en pequeño de nuestro microcosmos personal. Nuestra propia provisión de “energía oscura” que tarde o temprano, queramos o no, nos obliga a expandirnos. Así, viejos patrones, conductas y creencias deben morir, para dar paso a algo nuevo y más grande.

La expansión demanda crecimiento de espacio y tiempo. El embarazo de una mujer es un buen ejemplo de ello.

Los nuevos proyectos laborales, implican el cierre de muchas otras cosas (antiguos trabajos, contratos, cerrar horarios en agenda para dar lugar a nuevas horas de dedicación a lo nuevo).

 

¿Qué hacer cuando queremos expandirnos pero no queremos cambiar?

 

Quiero mi negocio propio, pero no quiero dejar mi trabajo porque me brinda estabilidad.

Me gustaría separarme pero no quiero afrontar el tiempo que toque en soledad. Ansío una nueva familia pero no quiero asumir la total responsabilidad de mí mismo y menos de otro(s).

Anhelo tener un hijo pero no me atrevo a buscarlo y pasar por todo lo que implique esa decisión. Quiero más ingresos pero no quiero dejar mi tiempo libre y descanso. Y así, una larga lista.

La decisión consciente o inconsciente de expansión pone a prueba soberana nuestra seguridad y confianza. Primero, en nosotros mismos. Segundo, en nuestro entorno. Tercero,  en algo Superior que siempre nos guía a buen término cuando la tempestad inclina el barco.

Pero el proceso de expansión, es parte de nosotros, como la gravedad para el planeta. De una gran expansión universal venimos, y a ella regresaremos.

Hacerlo consciente, sin esperar que la vida nos lleve a empujones nos puede hacer el camino más sútil y alegre. La decisión es solo nuestra.

La solución es concientizar lo que implica salir de la zona de confort y a pesar de lo difícil que pueda ser la marea, tener en mente siempre la dulce llegada al puerto con su festín de bienvenida.

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